Un popurrí histórico
El museo se centra en los pueblos del Mar Mediterráneo y en sus incontables historias, de Estambul a Gibraltar; desde la Piedra Rosetta hasta la mafia de Palermo. No sólo podrá aprender sobre la colonización de Argelia sino también sobre, por ejemplo, la cultura playera de la Ribera francesa. Rudy Ricciotti, el arquitecto argelino-francés que diseñó el museo, es en sí el producto de distintas culturas del Mediterráneo. Puede verse claramente: la ambición artística es inequívocamente francesa, las formas, como las de la fachada, le dan al edificio un toque norteafricano. El MuCEM cambia de color según el tiempo que haga y la hora que sea. Sobre todo, nos damos cuenta de ello en los días soleados, en los que podemos ver la maravillosa interrelación de luces y sombras en las caprichosas formas de la fachada.
Bien comunicado con la ciudad
Uno de los elementos más atractivos del MuCEM es su estrecha pasarela. Bien por encima del agua, une el museo con el histórico Fuerte de San Juan como si de un trazo a lápiz se tratase, uniendo la sutil modernidad del museo con la belleza clásica del fuerte. En el fuerte, el visitante encontrará aún más salas de exposiciones y un segundo puente que une el complejo con el resto de la ciudad. Este paseo une la línea de costa con la zona más alta de la ciudad.